La historia de Koone.
Lealtad del lel latín legalitas, con el mismo significado, y esta de [[legalis], a su vez de lex, "ley", en última
instancia de legere. Pinche uso del latin no era nada en vano.
Koone llegó a casa en mayo del 2010, un hermoso conejo
Belier con las orejas caídas y que rara vez las paraba, aun tenia cara de bebé
y ojos grandes, sus uñas marcaban la piel y recuerdo que tenia un suave olor a
canela en su pelo suave.
El tipo era una bola que insipiraba ternura y mi madre,
reacia a tener cualquier mascota poco a poco se fue encariñando con él, al
grado que el dude la sigue a donde quiera que vaya. Pero en lo que fue del 2011
Koone enfermo, no supimos por qué, en ese año estaba viviendo en la imbecilidad
permanente con la mujer equivocada quien
en más de una ocasión lo trató como reverenda MIERDA e incluso mientras ocurria
el episodio. Era workaholic o alcoholic. Esa noche llegue bien cansado de casa
de la mujer equivocada a eso de las 3 de la mañana y Koone estaba echado en el
quicio de la puerta de la cocina, no había nadie y en esos días estaba lo que
se llama TOTAL y COMPLETAMENTE SOLO EN EL MUNDO y vi a Koone ahí, tirado como
trapo, desmayado y con la diminuta lengua rosa de afuera. Eso me alarmó y asi
en la madrugada no le llame a la mujer incorrecta(porque de todas formas no me
iba a ayudar), pensé en llamarle a Isabel Daza pero no quise involucrarla y
menos a esa hora, le llame a una amiga del trabajo que siempre fue leal a pesar
de que deje de hablarle y a esa hora subimos a Koone quien empezaba a ponerse
frio y a respirar cada vez más despacio al coche y salimos por patas al
consultorio de su veterinaria a unos cuantos kilómetros donde le lavaron el
estomago y yo la hice de enfermero. Me amaneció y me hice pedazos adentro del
coche hasta que me dormí al fin. Koone se había intoxicado pero se había salvado,
ah y estuvo una semana en la veterinaria para estar en observación. Koone fue el único amigo que me acompaño ese
año tan estúpido, horrible e inútil que pasé. Soy un pendejo, lo hice a un
lado, y durante ese tiempo me olvide de él.
Hace un año precisamente de eso, y claro, pase una tarde
azul. Me acorde de tantas cosas y en ellas mi conejo fue el cabrón más fiel y
leal. Durante los meses mas oscuros, mientras vivía solo con él podía llegar a
la una de la mañana y el pobre se moria de hambre. A mi, en realidad me valia
madres, y lo digo con vergüenza, le llenaba su comedero, su bebedero y él lo
devoraba, de ahí me acompañaba en la madrugada a hacer el trabajo del día hasta
las 4 de la mañana, cuando yo me iba a la cama él se iba al baño. Al otro día
los dos nos sincronizábamos para orinar, yo en su baño, él en el patio. Jajajaa
genial!
Hoy, llegue a casa y Koone estaba en el patio, sentado, bajo
el solecito que hizo y que brillaba de forma especial, me miro desde lejos, me
vio acercarme y corrió hacia mí, con ese bamboleo que hacen sus orejas al
correr, me lamió las manos, lo tome en ellas y lo cargue, le di un abrazo
ligero para no lastimarlo, creo que le gustó el gesto porque me lamió las
lagrimas, soy católico en rehabilitación y estoy seguro que los animales tienen
alma, eso no lo aprendi de mi “religión madre” sino del hinduismo: el alma no
muere, y estoy convencido que este animal tiene. Claro.
Gracias chico, y Rabbit power!