Jorge y Ana entraron en la habitación de su hijo al escuchar los gritos. Carlitos tenía siete años. Lloraba y gritaba de verdadero pánico. Tenía los ojos hinchados y las lágrimas atravesaban sus sonrosadas mejillas para ir a desaparecer entre las ropas de la cama; a las que se sujetaba como un loco.
La luz estaba apagada y la oscuridad era casi total, a no ser por la columna de luz que penetraba a través de la hendidura dejada por la puerta.
Carlitos llamaba desesperadamente a sus padres...
Jorge y Ana le encontraron con el cuerpo envuelto en sudor y completamente pálido.
Jorge trató de calmarle:
-Tranquilo, sólo ha sido una pesadilla, lo mejor será que te vuelvas a acostar y mañana por la mañana me cuentes que es lo que has soñado.
-¿Que...?- Carlitos aun parecía estar medio dormido -¡No!- dijo de repente -¡No ha sido una pesadilla!, ¡algo se estaba moviendo a los pies de mi cama!
-Sí, es posible que esté diciendo la verdad- intervino Ana dirigiendo una mirada cómplice a su marido -como también es posible que esta habitación esté llena de fantasmas y que bajo la cama vivan seres terroríficos.
-¿Cuántas veces te hemos dicho que esas cosas no existen?
-Muchas- respondió Carlitos no muy convencido.
Otra mirada de Ana indicó a Jorge que le tocaba hablar a él. Entendió el gesto de inmediato y se dispuso a sermonear a su hijo, que poco a poco iba recuperando el color.
-Tu madre tiene razón y tu lo sabes, aparte de que ya eres mayorcito para dejar de tener miedo a esas cosas.
¿Te gustaría que se enteren tus amigos del colegio?, seguro que no, se reirían de ti. Debes aprender a dominarte, igual que has aprendido a no mojar las sábanas, ¿lo recuerdas?. Podría hablarte durante largo rato, pero sería inútil, lo que quiero que aprendas de esto es lo siguiente: que temer a la oscuridad y a lo que hay en ella es cosa de niños muy pequeños y que, a medida que te haces mayor, ves que nada de esto existe. ¿Lo entiendes?.
-Sí- confirmó Carlitos.
Jorge sonrió y vio como su mujer también lo hacía. Acababan de pasar por una de las típicas charlas de los padres con los hijos.
Carlitos vio a sus padres marcharse de la habitación apagando la luz que habían encendido al entrar. Cerraron la puerta totalmente. Ahora la oscuridad si era completa.
Carlitos se resignó y llegó a convencerse de que sólo había sido un sueño; que no estaba realmente despierto cuando le pareció ver algo extraño.
Apoyó la cabeza en la almohada y se tapó completamente con las sábanas.
Hacía algo de frío. Intentó dormirse, necesitaba descansar.
Cerró los ojos y se abandonó a un profundo sueño, tan profundo que no advirtió la mano que le acompañaba bajo las sábanas, una mano eternamente fría y descarnada.
La mano que le llevó, de un jalón, al otro lado de la oscuridad.
Febrero 1, 2003. 1:22 de la mañana
2 comentarios:
Joder! Pobre Carlitos!
Buen día Nocturne! Me gustaría saber qué ocurrió con el agujero que había allí pero que ya no está, ¿quién lo tapó y por qué?
Me voy a trabajar... Un abrazo!
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh... ¡Era de ahí!
Yo jugaba al Silent en la PS One; cuando salió la PS2 se hizo más real, me empezó a dar más miedo, y ya dejé de jugarlo...
Ahora juego al Crash! Jajajajaja!
Ya regresé del trabajo, ya cené y ahora, mmmmmm, no hago nada :D
Y sí, mi tarde fue muy buena. Gracias por desear que así sea :)
Respecto al principito, yo también elijo la parte del zorro, y también creo en la domesticación...
Creo que ya tienes una rosa que cuidar, si llegas a ver un zorro por ahí ¿me avisas?
Linda noche, Nocturne, que descanses...
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