sábado, 9 de mayo de 2009

Antes de que la noche cayera, giré sobre mi, en la cama.
El sol estaba ocultandose y poco a poco mi corazón latiría de forma normal.
Entraba un poco de viento desde la ventana que da a la calle, eso y el ruido de los niños vecinos que estaban disfrutando de su infancia.

Adentro se escuchaba el reloj, mi latir y su latir que se sincronizaba con el mio y que iba en picada.

Al estar completamente sobre mi otro costado me la encontré, a ella, a mi lado.
Nos sonreimos el uno al otro y me vi reflejado en esos ojos grandes y bonitos que me veian con ternura, la abrazé y senti su piel suave y sudada.

Senti su mano sobre mi cara, estaba agotadisimo y me dejé tocar.

Descansa, yo estoy aquí, contigo - me dijo.
Acomodé la cabeza sobre justo a un lado de su cuello y le di un beso, chiquito, casi imperceptible.

Descuida, voy a cuidar que nada te despierte- dijo casi en un suspiro.

Me acomodé entre sus piernas, cerre los ojos y me entregué al sueño.


Isabel duerme con un revólver bajo la almohada, no importa, es todo lo que necesito y que necesitaba.

1 comentario:

I. dijo...

No se pero, este escrito tuyo me encanto...

Te Amooooooooooooooooooo!!

:*