Aún no entiendo como es que sucedió.
Llevaba varios dias sin dormir, cansado, exasperado, asi que recuerdo que llegue a casa después del trabajo, tire el back pack de la computadora portatil y solo hizo un ruido suave al caer sobre la alfombra.
Me senté, me quité las botas y ese sofa me pareció tan tentador que no me resistí y me quedé profundamente dormido en él.
Desperté sobresaltado, el corazón me latía como una maldita bomba atomica y sentia mi pecho dos tallas mas chico que cuando me acosté. El corazón bombeaba sangre como una máquina y el sudor habia mojado mi espalda y mi vientre.
Me puse de pie, y caminé en dirección a la ventana, levanté la cortina y vi con terror que ya era de noche, pero no había luz.
Se habia ido.
Encendi una vela y recuerdo que grité a mamá para saber en dónde se había metido pero apenas escuche un murmullo.
"shh, nos van a oir" me dijo casi en un suspiro.
Me quedé con cara de interrogación y volvi a ver por la ventana.
Entonces los vi parados en la esquina, la oscuridad no me habia permitido ver que habia grupos y grupos de ellos, viendo a la luna hermosa que apareció de entre el banco de nubes.
Todos, como si oraran a un Dios que ya no estaba en este planeta, todos ellos, con sus ropas gastadas o rotas, llenas de pus, sangre y otros fluidos añejos miraban a la luna.
"que cara..." pero aun no acababa la oración y volteó hacia mi ventana uno, luego otro, y otro más, como si en el gesto de ese primero los demás hubieran entendido que habia carne fresca, carne viva de dos personas que ante el ver volver a los muertos cobrar vida se habian refugiado en su propia casa.
Cerré la cortina, rápido, con miedo.
Buscaría la escopeta, y usaria cada cartucho en ellos para salvarnos, la encontré, meti los cartuchos uno a uno y rapidamente como tantas veces mamá me enseñó cuando era más pequeño y espere, levante la cortina con precaucion y vi como todos estaban mirando de nuevo, todos con esos ojos brillantes, luminosos como bombillas amarillas y sin más se echaron a correr hacia mi.
Corté cartucho de la escopeta y espere a que estuvieran a distancia suficiente para que un disparo alcanzara a varios.
En eso desperté sobresaltado y bañado en sudor.
Mi madre estaba ahi, alterada por mis gritos me habia despertado.
Le conté el sueño. Me reí, y ella sonrió como todas las madres sonrien y encierran la calma del paraiso en ese gesto.
"Jovencito, vas dejando de jugar esas porquerias de juegos!" me dijo
y nos reimos.
me sequé el sudor con una toalla, y caminé a la ventana.
Allá, en el cielo, había luna llena.
3 comentarios:
No me gustó el sueño... Me alegra que despertaras...
Hace mucho frío en Buenos Aires, espero que allí el sol haga tus días más amenos...
Un abrazo Nocturne! Cuidate :)
Jajajaja no mancheees ¿Por qué no tengo sueños así?
Eso te pasa por jugar con loz zombies nazis con el Marco, un día te va a pasar de verdad (y por lo tanto a todos nosotros, weee!)
Saludillos *-*
No inventes!!!!
Cuando me contaste tu sueño me dio miedito, pero ahora que veo los zombies nazis que dices buaaaaaaaaaaaaaa :( me da mas miedito y hasta desesperación!!!!
Pero por suerte solo fue eso, un sueño...
Besitos, te amo.
:* ;)
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