domingo, 17 de mayo de 2009

The Road - Cormac McCarthy

Supe de Cormac McCarthy, como tanta gente, supongo, por No Country For Old Men. Algo me llevó a meterme a una librería, vi el libro de La carretera (The Road) y el nombre de McCarthy a un lado. Y me lo compré en un impulso.

Lo leí en siete días, por las noches. La lectura fue terrorífica, y al mismo tiempo me hizo llorar como hace años no lloraba con un libro. La carretera tiene una estructura muy simple: el mundo ha quedado paralizado en una especie de invierno atómico, hubo un holocausto que no se explica jamás, pero por las condiciones que sufren los personajes es casi seguro que haya sido un cataclismo nuclear. No hay vida animal –con excepción de un perro que se aparece por ahí–, los océanos están muertos, las plantas y los árboles están muertos, los insectos están muertos. El cielo está permanentemente cubierto por cenizas. No hay verde, todo es gris. Llueve constantemente y hace un frío del demonio. Los protagonistas principales son un padre y su hijo. Nunca conocemos sus nombres. El padre es un tipo educado y, probablemente, sea médico. Tiene recursos para sobrevivir. El hijo es un niño, quizá uno que se acerca a la pubertad, pero finalmente un niño. El libro abarca un periodo de tiempo de varios meses, en los que ambos deciden caminar hacia el sur en busca de algo. Sobrevivir, pero buscar algo. En el norte los inviernos son asesinos, y creen que la cosa irá mejor en el sur. Se enfilan pegados a las carreteras de lo que, parece, es el sur de Estados Unidos. Llevan sólo su ropa andrajosa y un carrito de supermercado con pertenencias y comida.

Además del clima, el principal problema de los protagonistas es el hambre. Comen lo que pueden, aunque su principal búsqueda es comida enlatada. Hay otros sobrevivientes. Se sugiere que algunos caminan solos, y otros se han organizado en bandas. Lo siguiente es terrorífico, pero es, creo, lógico: las bandas de sobrevivientes en muchos casos se han convertido en caníbales. Andan con cubrebocas y tubos. En cierto punto, el hombre y su hijo se meten –buscando comida– en un sótano donde hallan gente encadenada. Uno de ellos prácticamente sin piernas. Es evidente que los caníbales se lo están comiendo poco a poco, y empezaron por los miembros. El hombre y su hijo no sólo viven en estas condiciones post-apocalípticas, triste, horrible y deprimente, sino en el peligro constante de caer prisioneros de los caníbales. Es una atmósfera de tensión que está presente desde la página 1 hasta el final.

El espíritu del libro es, sin embargo, la necesidad de “hacer mundo”. El hombre le recuerda a su hijo que él es todo su mundo, y viceversa. Le dice que ellos son “los buenos” y que “ellos llevan el fuego”. El niño no comprende muy bien de qué se trata eso de llevar el fuego, hasta que entiende que es algo que no se ve y se lleva adentro. Por las noches, mientras el niño duerme, el hombre insulta a Dios y lo maldice. Pero cuando está con él trata de mantenerlo alegre, de hablarle, de darle esperanza. Ellos no comen gente porque son los buenos. Y debe haber más buenos en el mundo. Sólo tienen que encontrarlos. Hay una escena particularmente hermosa, cuando llegan al mar. El niño se decepciona porque su padre le ha dicho que es azul, y lo único que encuentran es el mismo tono gris cenizo. Pero no importa: el mocoso se encuera y se mete a nadar, a pesar de que el agua está helada. Es un gran momento.

Muchas veces, el hombre despierta de sueños maravillosos, llenos de calor y color, y él odia eso. Sueña con su mujer, la madre del hijo, quien varios años atrás no pudo soportar la locura de ese nuevo mundo y los abandonó a su suerte (o se suicidó, no queda claro). Sabemos de ella por algunos flashbacks. Y ya. El resto es volver a la misma mierda. Una pesadilla. El hombre carga una pistola con dos balas, para su defensa, pero también para el momento en el que tengan que suicidarse. Si su hijo muere, se dice él mismo, no lo dejará “entrar solo en la oscuridad”.

Cormac McCarthy ganó el premio Pulitzer de novela 2007 con La carretera, y me vengo a enterar que es uno de los libros estadounidenses más celebrados de los últimos 25 años. Yo puedo decir que es uno de los mejores libros que he leído en mi vida. Me desarmó, me conmovió y me aterró. Una jodida, jodida, jodida belleza.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola minuto citadino!!!

Me presento, soy Abril y hace unos días me encontré con tu blog navegando por la internet, déjame decirte que me di a la tarea de leerlo completito y pues me he convertido en fan de tus entradas, me gusta tu estilo y tu forma de plasmar tus puntos de vista.

Espero que no te moleste si llego a dejar algún comentario en tus entradas.

No me despido porque por aquí tendrás mis opiniones de vez en cuando.

Cuídate y Adiós.

Abril.

La chica de la farmacia dijo...

Y yo me vengo a enterar por vos de esta jodida belleza... ¡Gracias! Cuando termine los 27 libros (me faltan 20), lo compraré...

¿Corman McCarthy? Lo he escuchado alguna vez, pero realmente nunca le presté atención... Ahora que lo mencionas, estuve googleando y encontré bastante información (incluso que están pensando en filmar la película)... Parece un libro atrapante...

Gracias por esta entrada... Me gustó mucho. Es bueno que recomiendes libros, pelis y demás.

Que comiences bien la semana Nocturne! Yo tuve un finde de putamadre!

Un abrazo...

Paloma :)

Lucy dijo...

No mmanches, ahora me obligas a comprar el libro T.T Acabo de adquirir 7 en Puebla que aqui no encontre!

Los libros que recomiendas siempre son buenos!

Den Luna dijo...

anotado en mi lista =)

Louis du Pointe dijo...

me da como flojerita leer ese libro, de seguro no salen vampiros homosexuales, asi que mejor cuentame en que termina ... no???