lunes, 6 de julio de 2009

3 de la mañana...

Son las 3 de la mañana.
El teléfono suena.
Entre la oscuridad hago a un lado a Isabel que está dormida encima y busco a tientas en el buro la cadenilla de la lámpara para encenderla y pararme por el inalámbrico .
Por fin contesto.
-¿bueno?
-Soy yo – es Karen, otra vez, ebria.
-Ya lo sabía, ¿Qué haces llamando a esta hora?
-¡Callate!, recuerda que me lo debes… y en ese “me lo debes” traigo un flashback del pasado- solo tienes que escuchar y callarte- termina.
-Esta bien, espero que la llamada no sea con cargo a mi línea.
- me lo debes dije!- Isabel se levanta, me pregunta con sus enormes ojos somnolientos si es ella otra vez, le digo que si con la cabeza y ella va a la cocina por agua.
-Comenzaré – dice Karen- y vale mas que prestes atención.
-Vale, te escucho.
-El otro día desperté en mi recamara después de todo este tiempo de vagabundear…
-¿que no vivías con tu hermano?
-El muy cabron me corrió de su casa, él y la puta de su esposa, decían que hacia muchas llamadas de larga distancia y que mi estilo de vida era “excesivo”.
-Recuerdo que bebías…
-Y lo sigo haciendo!
-Esta conversación va para largo, ¿Por qué no te duermes? – Le murmuré a Isabel mientras me decía con señas que leería un poco, muchas veces estas llamadas le quitan el sueño y es imposible que se duerma.
- …entonces desperté y tenia mucha hambre, demasiada, eran casi las 8 de la noche de un viernes y crei que podría ir a comer algo, fui a una pizzería y ordené una. Despues pedi otra, y luego pedi otra más… el pendejo del mesero solo se me quedaba viendo, creo que nadie pide tanta comida para una persona y se la acaba… en eso llegó un tipo, me saludo y me pregunto si podía sentarme en mi mesa, le dije que si porque su facha me dio un poco de lastima y asco, como el que le tienes a un perro moribundo y con sarna…
-Y aquí es donde te sale la compasión…
-callate! No me interrumpas – gritó- el tipo se sentó a la mesa, le di de mi tercera pizza que no me terminaba y pidió cerveza, le dije que no pagaría nada de lo que él pidiera y me dijo que no importaba, que el pagaría todo, hasta las pizzas. Asi que acepté que pagara y me invito más cerveza, pero no soy puta ¿sabes?
- No claro que no, si nada mas andas con uno y con otro porque eres muy feminista. No me importa lo que hagas y creo que colgare…
-Ni se te ocurra infeliz, me lo debes…
-ya vas con eso de nuevo…
-Me lo debes, recuerdas cuando fuiste a dar al hospital por intoxicación? ¿Quién estuvo contigo esa vez?
-Si bueno, ya, dale, te escucho…
-Total que nos vamos y el tipo me ofreció que me quedara con el, sabes? Había violado a sus hijas y quería detenerse en eso, nadie lo sabia… creeia que si me quedaba con él me violaria a mi y dejaría de hacerlo con ellas…

-Colgué, le quite la batería al teléfono y desconecte la base del aparato.
Isabel me abrazo fuerte. Los borrachos de las 3 de la mañana en México estarían en ese momento viendo el techo, las paredes descarapeladas y sin pintura en la que buscarían una cara amable y cercana.
Abrace a Isabel, más fuerte que ella, busqué su respirar y ella dejo el libro en el buró, me envolvió esta vez con sus dos brazos. Sabia que, para variar había escuchado una confesión asquerosa y que las ciudades eran asquerosas. Escuchó, los pajaros se escuchaban en la calle y sin embargo era noche oscura. La gente pronto inundaría las autopistas. Se escucharían los coches, el ronroneo en las calles, los silbatos de los agentes de transito, el humo, la contaminación, gente corriendo, el camión de la basura pasando. Y en ese momento, los borrachos de las 3 de la mañana estarían en sus lechos, intentando tener sueño, ese sueño que tanto merecían, intentándolo en vano.

1 comentario:

Louis dijo...

que le debias????