miércoles, 14 de julio de 2010

La canción de los viejos amantes.

Por supuesto, tuvimos nuestras tormentas
veinte años de amor, un amor loco
mil veces tú hiciste las maletas
mil veces yo levanté el vuelo.
Y cada mueble se acuerda,
en este dormitorio sin cuna
de los destellos de aquellas viejas tormentas.
Ya nada se parecía a nada
tú habías perdido el gusto al agua
y yo a la conquista.

Pero amor mío
mi dulce, mi tierno, mi maravilloso amor,
desde el alba clara hasta el fin del día,
sabes que te amo todavía.
Yo conozco todos tus hechizos
tú conoces todos mis embrujos
tú me has retenido trampa a trampa
yo te perdí de vez en cuando.
Claro que tuviste algunos amantes
había que matar el tiempo
y dar gusto al cuerpo.
Y al final, al final...
nos hizo falta no poco talento
para envejecer sin llegar a ser adultos.


Y cada vez más, el tiempo nos intenta seducir
y cada vez más, el tiempo nos atormenta.
¿Pero es que acaso vivir en paz,
no es para los enamorados, la peor trampa?
Es cierto que tú tardas un poco más en llorar
y que yo me ablando un poco más tarde,
ambos protegemos menos nuestros misterios.
Dejamos menos espacio al azar,
desconfiamos de la corriente (no nos fiamos ni un pelo)
pero la nuestra siempre es una tierna guerra.

1 comentario:

I. dijo...

Te amo!